Cuando utilizamos fotos en un montaje de vídeo lo habitual es realizar un desplazamiento o movimiento de panorámica por ellas, un ligero movimiento de zoom, o la combinación de ambos, de forma que el plano no quede demasiado estático, y generalmente funciona bien, pero todavía podemos conseguir mayor interés si aplicamos un efecto tridimensional al montaje con fotografías.
En un reciente trabajo utilicé este efecto para realzar un montaje con fotos antiguas de Tacoronte, en Tenerife. El método es sencillo pero laborioso, se trata de separar la fotografía en distintos planos según su profundidad o alejamiento de la cámara (con tres o cuatro serán suficientes), y mover una cámara para que el efecto del paralaje haga su trabajo, logrando una vistosa ilusión tridimensional. Como se puede observar en la captura de After Effects que precede al vídeo, un pequeño desplazamiento de la cámara será suficiente.
Otra técnica a utilizar, y menos laboriosa que la anterior, es la proyección de cámara (o camera mapping). En este método la foto se proyecta sobre unos planos u objetos 3D que se ubican en un entorno tridimensional de forma que coincidan a grosso modo con los principales planos de la foto (suelo de la calle, paredes de edificios, fondo, etc). Éste es el método empleado en la última foto del vídeo (romería en La Orotava). La presencia de gente en toda la calle aconseja un pequeño movimiento para que el efecto no distorsione mucho la geometría del público y no quede muy evidente el artificio.
Ahora que está de moda el 3-D esteroscópico me ha parecido interesante realizar unas pruebas aplicando la estereoscopía a estas técnicas. Podrán observar el efecto con gafas anaglíficas, y si bien en la técnica de separación de planos la efectividad del efecto dependerá de la separación de estos (evidenciando el artificio a mayor distancia entre planos) en las fotos con proyección de cámara se acentúa el efecto tridimensional.